
SEGUNDO ACTO – Gonzalo observa desesperado a aquella mujer. Está apurado. Si no consigue llegar al Banco en 10 minutos, el dividendo empezará a producir intereses y las “lucas” alcanzan, pero claramente no sobran. Piensa en lo orgulloso que se siente de su pega, de la casa que está comprando y de su linda esposa que lo espera en casa desde que le dieron el pre natal. Sólo lo molesta un poco no haber alcanzado para el departamento cerca del centro que permitiría dejar su Yaris en la casa y hacer estos trámites a pie, pero en fin. No es que lo trastorne el autito, pero a
CUARTO ACTO – La señora Walker se baja fuera de sus casillas. “Que se habrá creído este mocoso” piensa casi al mismo tiempo que empieza a increpar a Gonzalo, olvidando por un momento su alcurnia y mandando saludos a toda su familia. Gonzalo escucha el rosario con paciencia. Sabe que se lo merece, pero la media hora y el fantasma de los intereses pueden más, y sólo atina a decirle “SORRY SEÑORA, EL MUNDO ES DE LOS VIVOS”.
SEXTO ACTO – Juan Malo pedía limosna como hace varios meses, cuando pensó que esta escena poco común lo sacaba un poco del tedio. Pensó que a sus 12 años lo pasaba mejor en la calle que en el hogar donde lo mandaron por hacerle caso a su amigo el “Cacaraco”. Como la bolsa de pegamento conseguida en la tarde del día anterior había perdido por completo sus propiedades alucinógenas, la escena le resultó especialmente divertida. Hasta que escuchó a la señora Walker decir que el mundo era de los ricos. En ese minuto todo dejó de ser divertido. Echó a andar sin rumbo fijo y pensó “PUCHA
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